Hubo un tiempo en que dominar Photoshop era casi un arte marcial: paciencia, capas infinitas y ese sexto sentido para distinguir el gris #f3f3f3 del #f4f4f4. Hoy, la Inteligencia Artificial de Adobe promete acortar el camino. “Relleno generativo”, “selección inteligente”, “mejora automática”… palabras mágicas que suenan a productividad, aunque a veces signifiquen rendirse con estilo.
Con la llegada de Firefly, Adobe integró la IA en toda su suite, desde Photoshop hasta Premiere. Ahora el software interpreta tus ideas, completa tus imágenes y hasta te sugiere cómo podrías mejorarlas (como si tuviera gusto propio). Es cómodo, sí. Pero también inquietante: la línea entre “crear” y “asistir” nunca había sido tan difusa.
Para los diseñadores jóvenes, esto es una bendición. La IA elimina tareas tediosas, acelera procesos y permite explorar sin miedo al “Ctrl+Z” eterno. Se pueden probar cien versiones sin tocar un pincel, y eso —en términos de experimentación— es un lujo. Pero hay una trampa silenciosa: cuando todo es rápido, también es fácil olvidar el por qué detrás de cada decisión visual.
Los veteranos lo notan. Dicen que el diseño con IA corre el riesgo de volverse genérico, que la herramienta sugiere demasiado, que el ojo humano se entrena menos. Y tal vez tengan razón: cuando un algoritmo te propone el equilibrio cromático “perfecto”, ¿dónde queda el error feliz, la textura inesperada o la sombra mal puesta que termina siendo brillante?
No se trata de nostalgia, sino de proporción. La IA es un asistente formidable, pero no tiene sensibilidad estética, ni intuición, ni contexto cultural. Puede combinar mil estilos, pero no entiende por qué una tipografía transmite calma o una luz crea tensión. Y ese “por qué” sigue siendo territorio humano.
Así que sí, Adobe revolucionó la creación visual: ahora el trabajo fluye, los tiempos se reducen y los resultados son asombrosos. Pero también nos obliga a una nueva disciplina: la de no dejar que la herramienta decida por nosotros. Porque al final, un buen diseñador no es quien sabe usar la IA… sino quien sabe cuándo no usarla.

No responses yet